Cuando la enfermedad toca la puerta
Este título puede sonar un poco pesimista y hasta temeroso, pero en realidad los emprendedores tienen miles de timbrazos y llamadas a la puerta que no atienden porque siempre están “muy ocupados”. Bueno, y si soy honesta, a mí me pasa también. De hecho, en estos días me vi con una de nuestras emprendedoras de Rockstart, a quien quiero mucho a nivel personal, y cuando me vio un poco enferma y desanimada, me dijo algo que me retumbó hasta el alma:
"Deja de predicar y aplica más. Tú siempre nos dices que nos cuidemos antes que a nuestras empresas, y tú ni vas al médico desde hace años."
Su comentario me dolió, tengo que admitirlo, sobre todo por la parte de predicar y no aplicar. Me sentí un poco farsante, como el profesor que da clases pero nunca ha vivido lo que enseña, o el psicólogo que tiene más problemas que sus propios pacientes. Y eso me llevó a una reflexión profunda sobre muchas cosas que nos tocan la puerta e ignoramos porque sentimos que no son urgentes, y que sacar tiempo para atenderlas es quitarle tiempo a nuestra empresa.
En estos años entre founders, he visto que uno no suele notar cuándo está enfermo. No es tan evidente porque nunca dejan de trabajar, siempre intentan exigirse al máximo y aparentan estar bien. Es más, muchos de los emprendedores que conozco se vacunan hasta contra la gripe para no dejar de ser productivos nunca en el año. Sin embargo, cuando la enfermedad toca la puerta, ya no es un timbre lo que suena, sino un estruendo gigantesco. Son tantas señales que pasamos por alto que, cuando una enfermedad (mental o física) llega, parece no haber aviso previo.
Un founder con quien tengo una buena relación ha estado pasando últimamente días difíciles, con mucha debilidad y problemas de salud delicados. Si bien no es un tema de vida o muerte, y estoy segura de que lo podrá superar pronto, hubo algo que me retumbó y me dolió más de esta historia que la misma enfermedad. Me dijo: "Esto me ha robado el sueño. Me siento agotado, no puedo pensar, pero nadie puede saberlo, y mucho menos mi equipo, porque no quiero que se alarmen sin necesidad. Me necesitan porque nuestra startup está en un momento crucial y yo no puedo demostrar debilidad."
Cuando me dijo que lo que más le preocupaba no era ni siquiera la enfermedad en sí, sino que su equipo se alarme, sentí mucho dolor y empatía. Yo he estado ahí. Yo también he estado exhausta, lidiando con temas difíciles, y aun así priorizo el evento de inversionistas de la semana, el programa con emprendedores, el espacio 1:1 con founders o lo que sea necesario para mi equipo y nuestros emprendedores.
Sin embargo, haciendo mis análisis y dibujos, llegué a una conclusión: esto es una trampa.
[Mi forma gráfica de entender la trampa en la que caemos que nos lleva a enfermarnos]
Cuando la startup va mal, sentimos que nos necesita mucho y necesita de nuestra presencia, entonces trabajamos sin parar, y eso nos lleva a enfermarnos. Pero no solo pasa cuando la startup está mal, también ocurre cuando está en su mejor momento, creciendo aceleradamente. Creemos que tenemos que estar más presentes porque hay muchas cosas delicadas sucediendo al mismo tiempo y cosas que requieren de especial atención. Así, es un ciclo que se repite una y otra vez, y en cada repetición el ciclo se fortalece: el trabajo es más duro, la startup necesita más del founder, y la enfermedad crece.
¿La solución a esa trampa? ¡No la sé! Como esta emprendedora me dijo, sería muy falso de mi parte decir que yo me cuido y soy la más balanceada. Es más, aunque entreno, no hago mucho más que eso. Y también conozco a emprendedores que hacen deporte, pero no toman medidas adicionales hasta que algo más grave ocurre y deben iniciar un proceso clínico.
Tal vez el camino sea tomar consciencia del ciclo y la trampa que ilustro. Tal vez sea necesario preverlo y siempre intentar tener un espacio anual para chequeos médicos y medicina preventiva. Tal vez sea el balance del que todos los libros y gurús hablan entre sueño, vida personal, vida laboral, ejercicio, alimentación y demás. Pero, tal vez lo que le sirve a unos no le servirá a otros.
Lo único que para mí es certero es que hay que identificar el patrón para no repetirlo. Hay que entrenar al equipo de empleados de la startup y tener líderes en quienes confiar cuando la salud o la energía personal no sean suficientes.
Gracias a los founders, como siempre, por leer esto. Gracias a esta emprendedora que me regañó y sirvió como un gran timbrazo en mi puerta. Y gracias a los emprendedores que siempre me comparten sus historias.