Fake it until you make it?
Quiero empezar este blog con una lección que, seguramente, muchos podrán criticar. Cuando entré al mundo del emprendimiento, incluso en mi primera experiencia emprendiendo con una edtech para niños que fracasó radicalmente por mi amateurismo, mis mentores (personas que, aunque no habían emprendido, eran lo más cercano que conocía a mentores) me repetían constantemente que emprender se trataba de pitch y de vender. Me decían, literalmente: “emprender es fake it until you make it”. Más adelante, cuando ingresé a Rockstart, una persona del equipo — que evidentemente ya no forma parte — me repitió la frase. Según él, los experimentos y el contenido que creábamos diariamente eran eso: una muestra de algo que aún no teníamos, pero que debía parecer que sí.
Antes de seguir, quiero detenerme en este punto. El “fake it until you make it” de esta persona no venía de una mala intención. Para él, era un principio similar al de un MVP (producto mínimo viable): mostrarse capaz con los recursos mínimos, hasta lograrlo.
Desde mi perspectiva de producto y metodologías ágiles, entiendo porque esta mentalidad puede resultar atractiva. Sin embargo, esta frase tiene dos caras opuestas, y una de ellas es muy perjudicial para el ecosistema emprendedor. Hay quienes creen que se trata de “parecer” sin necesariamente “ser”. En el mundo de startups en Latinoamérica, parece que se celebra mucho al que más figura, al que aparece en prensa, al que levanta más capital, o al que asiste a más eventos. Pero honestamente, idealizar estas métricas de vanidad es muy dañino.
Un buen amigo emprendedor, después de pasar por nuestro programa, nos compartió unas palabras que cambiaron mi forma de ver las cosas. Nos dijo: “Gracias, porque en esta comunidad y con el equipo Rockstart es el único lugar donde he sentido que no buscan parecer antes de ser, sino que simplemente son. Aquí nadie aparenta”.
Esto puede sonar abstracto, incluso egocéntrico, pero para mí fue una lección de vida. Este emprendedor, una persona con exceso de recursos y acceso a comunidades élite, sintió que en Rockstart podía ser él mismo, sin tener que aparentar nada. Poderoso, ¿no?
Fue en ese momento cuando entendí que “fake it until you make it” no es el camino. De hecho, es la ruta que lleva a muchos emprendedores, entidades e inversionistas a tener una trayectoria corta y efímera en la industria. Vivir en este mindset crea picos de fama y reconocimiento que, con el tiempo, se derrumban porque no hay sustancia que los sostenga y sin trabajo no tendrá cabida. Probablemente, algunos no lo hacen con mala intención, pero igual acaban con una reputación desconfiable en una industria tan pequeña. Para algunos, algo que pudo empezar como un camino para vender más, posicionarse y crecer más, termina siendo el mismo camino que los lleva al cierre.
Entonces, si “fake it until you make it” no es el camino, ¿cuál es? En un mundo de constante iteración y experimentación, yo reformularía la frase a “Make it until you make it”. Esta frase no es mía, se la tomo prestada a un gran amigo con quien trabajo en Rockstart y con quien también he reflexionado sobre este tema. Creo que resume bien lo que emprendedores, VCs y entidades debemos hacer por el ecosistema: hay que trabajar MUCHO, hay que crear e iterar, y eso es lo que finalmente nos llevará al éxito. Si lo compararamos como en este dibujo, el “Make it until you make it” crea para el largo plazo y es un juego infinito, mientras que el “Fake it until you make it” tiene las horas contadas porque no tiene qué lo sustente y siempre debe volver a empezar.
[Mi ilustración sobre la diferencia entre “Fake it until you make it” y “Make it until you make it”]
Hace poco tuve otra conversación sobre este tema con un founder de nuestro portafolio en Rockstart que admiro profundamente. Me dijo que lo que más le molesta de la industria de startups es precisamente el fake it until you make it. Para él, su rol como CEO y founder es lo opuesto: hacer que otros brillen. Cuanto menos él figure, mejor indicador de que él está haciendo bien su trabajo.
De nuevo mi niña interior, confundida por lo que le habían enseñado mentores de mentira en el pasado, se sorprendió. Lo que este founder me dijo es, en esencia, lo que lo hace a él tan poderoso y exitoso. Pocos lo conocen; él no busca estar en el ojo público, de hecho los reconocimientos lo incomodan. A veces, incluso se frustra al recibir halagos por sus logros. Con su ejemplo, me enseñó que: para inspirar a otros, no necesitas mostrar tus superpoderes ni lo que aspiras a ser, sino resaltar los superpoderes de los demás, eso es el verdadero liderazgo y la verdadera muestra de éxito.
Gracias a estos dos founders que me ayudaron a resolver esta duda de la manera más humana. Gracias a Rockstart por ponerlos en mi camino. Y gracias al ecosistema que me ha traído tantos espejos de lo que no quiero ser y de lo que significa la oportunidad de realmente ser en medio de una industria con tantas personas que prefieren parecer.