El tribunal de un founder
Puede sonar curioso llamarlo tribunal, pero, honestamente, así se siente para algunos founders estar en relaciones laborales desequilibradas. Hay un sentimiento que puede florecer con facilidad y del que todo emprendedor debe cuidarse: el sentimiento de injusticia con sus socios. Cuando uno construye algo y le pone mucho corazón, puede percibir como injusto que otros no den lo mismo, pero reciban en proporción o exijan como si lo hicieran.
Podemos llamarlos founders no comprometidos, o inversionistas que aportan menos de lo que creen, o mentores o advisors que se atribuyen el éxito de la empresa como propio o, incluso, empleados que pueden poner en jaque a un emprendedor. Cuando un founder me pregunta cómo estructurar los vestings entre socios, empleados o advisors, mi respuesta siempre es la misma: antes de mirar lo legal o lo lógico de los cliffs y demás cláusulas, debemos responder una pregunta esencial: Si avanzas en el tiempo e imaginas estar en el futuro de la compañia, ¿qué es un acuerdo en el que todos sientan que hubo justicia, tanto en el caso de que haya éxito como en el caso del fracaso?
Esa pregunta puede sonar muy abierta, pero la mayoría de las sociedades que he visto fracasar tienen algo en común: sentimientos de injusticia derivados de la falta de acuerdos claros, más allá de porcentajes y contratos estándar de vesting.
No estoy diciendo que los vestings no funcionen; claro que funcionan y son indispensables al iniciar cualquier sociedad. Sin embargo, establecer un buen acuerdo entre socios va más allá de un contrato estandarizado. Cada equipo tiene sus particularidades: compromiso de tiempo, riesgos asumidos o capital aportado. Por ejemplo, en un equipo donde uno de los socios tiene hijos y los demás no, es comprensible que esa persona necesite un salario o mayor estabilidad. Pero, si a largo plazo esto se percibe como injusto, hay que encontrar un equilibrio que funcione para todos.
En este tipo de casos, las soluciones pueden variar: desde un salario más alto, mayor flexibilidad de tiempo para buscar otros ingresos, o compensaciones en acciones o bonos por resultados. Todo depende del contexto y de cómo se siente cada cofounder con el acuerdo.
Aquí es donde regresa la pregunta clave: ¿cómo se siente tanto el éxito como el fracaso? En momentos de éxito, como un exit o la firma de un gran contrato, puede que quien más sacrificó sienta que es injusto que sus socios obtengan lo mismo o más, ya que no pusieron la misma dedicación ni asumieron el mismo nivel de riesgo. Por otro lado, en momentos de fracaso, quien asumió más riesgos y dedicó su vida al proyecto puede quedar absolutamente desprotegido, mientras los demás tienen otros trabajos o estabilidad financiera aún cuando la empresa cerró.
Este sentimiento de injusticia no solo ocurre entre founders. Puede extenderse a cualquier relación que implique participación accionaria en la empresa: inversionistas, advisors, incluso empleados. Aunque el rol de un inversionista o un advisor es menos activo en el tiempo que dedica, algunos exigen tanta compensación que terminan interviniendo casi como un founder, pero sin vivir el día a día del emprendimiento. Es más, a veces intervienen como si tuvieran el contexto que solo el fundador que trabaja full time en la startup puede tener.
En el ecosistema emprendedor, esto es un red flag. Los mejores VCs suelen evitar empresas con problemas en el cap table: compañías que han entregado acciones a personas o instituciones problemáticas. Es más, hay como una lista que es un código o secreto a voces de ciertos advisors, ángeles o hasta VCs en donde los mejores inversionistas rechazan compañias que tienen en su cap table a estas personas u entidades.
Felipe, mi socio, siempre les dice a los emprendedores que en etapas tempranas lo único que tienen es el equity de su empresa, y entregarlo fácilmente demuestra falta de cuidado por sus recursos clave y poco profesionalismo en la administración de su empresa. Yo estoy de acuerdo, pero añadiría algo más: también refleja inseguridad del fundador. Cuando damos equity a cualquiera por un poco de asesoría, un par de contactos o la promesa de involucrarse en el futuro, estamos mostrando dudas sobre nuestro propio valor como fundadores. Ese miedo es evidente para los VCs, quienes pueden oler la inseguridad. Salir a levantar capital desde ese lugar nos pone en desventaja, como buscar pareja mostrando desesperación: “el que el muestra hambre, no come”.
Esto me ha frustrado durante años. He conocido founders que, entre lágrimas, comparten historias de co-founders que abandonaron el barco, advisors que no cumplieron, o inversionistas que les hicieron la vida imposible. Ellos describen esa sensación como una “papa caliente en la boca”: no se puede tragar. Ese es el sentimiento de injusticia. Es en esos momentos cuando llega el tribunal: hay audiencias como los buenos VCs que juzgan cómo manejaste esas relaciones, pero en realidad quien más se juzga es uno mismo como emprendedor que se siente estupido al haber cedido a acuerdos desbalanceados.
Va a sonar obvio, pero esto es una balanza. Es muy dificil de cuantificar pero si uno pudiera hacer una relación se trata de obtener el % de la empresa que corresponde al % de compromiso que cada quien pone. Ese compromiso puede ser por capital o por tiempo dedicado, no hay ninguna otra manera de ganarse ese porcentaje accionario.
[Mi forma gráfica de entender la balanza. Es una ecuación simple: gano proporcionalmente a lo que me comprometo]
Para terminar, esto no se trata solo de acciones, sino de compromiso. Hay co-founders que quieren el título de founders, pero no la responsabilidad que este título trae consigo. Aunque apoyen, no se sienten como pares. En estos casos, la sensación trasciende la injusticia y se convierte en soledad. Y, por más cliché que suene, una persona que no se siente respaldada y acompañada no toma buenas decisiones, por eso cuando la injusticia traciende al sentimiento de soledad es muy posible que el fundador accesa a acuerdos desbalanceados.
Gracias a los founders que han sido honestos con estas situaciones y han arreglado sus cap tables. Gracias por aguantar y comprometerse con el proceso que suele ser bastante desgastante. Y gracias a Rockstart, que siempre ha sido fiel a estos principios en donde creemos que todos ponen y todos ganan.